Terapia Ocupacional y REPRODIS promueven la educación sexual integral accesible en Taller “Hermanos del Viento”

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Para la prevención de la violencia

Terapia Ocupacional y REPRODIS promueven la educación sexual integral accesible en Taller “Hermanos del Viento”

-Académicas UMAG y profesionales de la organización impulsaron esta instancia en el contexto del “Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer” que se conmemoró a fines de noviembre.

“Hablar en general de la educación sexual es complejo y, cuando llevamos esta educación a pensarla en personas con discapacidad y, sobre todo, personas con discapacidad intelectual, es más complejo aún y eso se debe a que existen muchas barreras relacionadas a la sexualidad de las personas con discapacidad y, más aún, de la discapacidad intelectual”, reflexiona la terapeuta ocupacional y académica de la Universidad de Magallanes (UMAG), Daniela Mandiola Godoy.

Su planteamiento, tiene una génesis y es ayudar a terminar “con esta mirada infantilizadora de estas personas, esta mirada de que son asexuadas o, todo lo contrario, hipersexualizadas, entonces ahí hay una serie de mitos y prejuicios respecto su sexualidad y eso lleva a muchas barreras para que vivan y ejerzan su sexualidad plenamente”, dice. A ello, agrega, “se suma el hecho que tenemos una propuesta de educación sexual desde la política pública que nace en 2010 con una visión muy reduccionista de la sexualidad, que nos educa desde el miedo, desde la prevención de riesgos que, si bien es algo muy importante, no lo es todo”.

Educación sexual más accesible

La profesional, quien también es consejera en sexualidad y especialista en educación sexual integral habla del tema a propósito del trabajo formativo que se viene generando desde la carrera de Terapia Ocupacional y su alianza con la organización REPRODIS (Red de Protección en Derechos e Inclusión Social), de la que forma parte. “Después de la pandemia, retomamos unos talleres de prevención de la violencia dirigido a personas con discapacidad intelectual que nacen como un espacio preventivo y promocional porque abordamos muchos temas que son parte de esta mirada integral de la sexualidad que tienen que ver con la afectividad, con la autoestima, con temas identitarios (…), pero también de autocuidado, de la gestión de la salud sexual y pre productiva y la toma de decisiones respecto a eso”, explicó.

Los talleres se celebraron en noviembre, mes en que se conmemora el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer” justamente, para darle un enfoque de género al abordaje de este problema. Y estuvieron dirigidos a las y los usuarios del Taller Laboral Hermanos del Viento, quienes fueron entusiastas participantes y facilitadores de las dinámicas que llevaron adelante las terapeutas ocupacionales y estudiantes de la UMAG. En ese sentido, la terapeuta ocupacional valoró el espacio brindado por la organización, donde también pudieron ser testigos de este trabajo equipos profesionales de la Seremi de la Mujer y Equidad de Género y el Senadis regional.

“La idea es poder consolidar algunos aprendizajes relacionados a cómo identificar distintos tipos de violencia, pero no solamente quedarnos en eso sino también darles herramientas a las y los participantes de qué hacer en caso de que identifiquen que están siendo víctimas de violencia o están observando violencia” comenta Mandiola, resaltando que “a través de distintas estrategias metodológicas adaptadas como los pictogramas o secuencias realizadas con pictogramas las personas pueden ser capaces de identificar y pedir ayuda, que es algo muy importante y que, a lo mejor, ni siquiera las personas sin discapacidad tenemos tan claro, dónde, cómo pedir ayuda”.

A su juicio, “hoy día tenemos política pública que se orienta y que sale de distintos ministerios para que las personas puedan acudir en busca de ayuda a la policía, o a diversos programas, o a números de emergencias, de consejería, pero esas campañas no tienen ajustes razonables, no son accesibles y, por lo tanto, muchas veces las personas con discapacidad no acceden a esa información. Entonces nuestra responsabilidad, como profesionales, es que tenemos que asegurarnos que esa información sea de calidad y que se adapte a las necesidades de la comunidad para que esa información, que baja de la política pública, llegue a todas las personas”.