El Ministerio del Interior presentó este lunes el segundo informe de homicidios consumados, correspondientes a 2023. En el documento, entre otras cosas, se destaca la baja de 6% en la tasa de estos crímenes respecto a 2022. En concreto, el año pasado se reporta una tasa nacional de 6,3 homicidios consumados cada 100 mil habitantes, lo que equivale a 1.248 víctimas. «Esto representa una disminución de -6,0% respecto a 2022, periodo en el cual se registró una tasa de 6,7 homicidios consumados cada 100 mil habitantes, correspondiente a 1.330 víctimas».
Es decir, en 2023 hubo 82 víctimas menos por homicidio consumado que en el año anterior. En tanto, entre los mecanismos utilizados para cometer estos crímenes predomina el arma de fuego (52,3%) y los objetos cortopunzante (31%). El lugar en que se cometieron estos crímenes fue principalmente en la vía pública (65,3% de las víctimas), mientras que un 24,1% ocurrió en un domicilio particular. Desde Interior también destacaron que no hubo aumento en la tasa de víctimas de homicidios en 11 regiones respecto a 2022.
No obstante, las mayores tasas las registran: Arica y Parinacota, con 12,3 víctimas por cada 100 mil habitantes; Tarapacá, con 10,7 víctimas por cada 100 mil habitantes; Antofagasta, con 8,3 víctimas cada 100 mil habitantes; y Atacama con 7,8 víctimas por cada 100 mil habitantes.
En tanto, 4 de las 16 regiones presentaron crecimiento en la tasa: Aysén, con 64,3% (con alza de 3 a 5 víctimas); Magallanes, con 122,7% (pasó de 4 a 9 víctimas); y O’Higgins, con 4,5% (con alza de 44 a 47 víctimas). En cuanto a la frecuencia de víctimas de homicidios consumados, éstas se concentran en las tres regiones con mayor cantidad de habitantes del país: Metropolitana, Valparaíso y Biobío.