CONFIRMAN PRESENCIA DEL CASTOR EN FIORDOS Y CANALES DE LA PENÍNSULA DE BRUNSWICK

Durante diez días, profesionales del proyecto GEF Castor, en conjunto con expertos de diversas instituciones socias de la iniciativa vinculadas al control de esta especie, recorrieron la intrincada red de fiordos y canales al sur de la península de Brunswick para comprobar en terreno cómo el castor se dispersa por estos parajes, y de qué manera los ecosistemas están siendo afectados por la
acción de este roedor.

La travesía permitió recoger valiosa información que servirá para orientar las futuras acciones de control de la especie, que se implementarán en el marco del Plan de Gestión para el manejo y la erradicación del castor en la región de Magallanes. Se trata de una zona que presenta grandes desafíos desde el punto de vista de las estrategias que se deberán implementar para enfrentar esta amenaza a los delicados y prístinos paisajes de la Patagonia chilena. “Son lugares remotos, con escasa presencia humana, y donde la geografía y condiciones del terreno y del clima son tan complejas, que muchas áreas sólo son accesibles desde el mar”, describe Felipe Guerra, coordinador nacional del Proyecto GEF Castor.

Las desembocaduras de los ríos Yumbel y San Nicolás, así como las bahías Cordes, Fortescue y Wood, en la Península de Brunswick, y sectores costeros de la isla Capitán Aracena, fueron los lugares prospectados, puesto que en ellos habían sido previamente identificados como lugares de ingreso y dispersión del castor en el continente.

“La presencia de castor en el área se corroboró a través de los hallazgos de roídos de diversa antigüedad, así como pequeños diques ya en desuso, lo que confirma los intentos de establecimiento del roedor en la zona”, resaltó Guerra. De esta forma, la misión permitió confirmar las hipótesis que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) había delineado anteriormente respecto a cuáles son las rutas que el castor utiliza para avanzar hacia el continente.

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