En una ceremonia en el Palacio de La Moneda, el Presidente de la República, Gabriel Boric, firmó los estatutos democráticos de las Universidades del Estado, que fortalecerán la participación de la comunidad educativa universitaria en la toma de decisiones, condición necesaria para el cumplimiento del rol público que tienen las universidades estatales. En la actividad participaron el ministro de Educación, Nicolás Cataldo; el subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana; rectoras y rectores; y representantes de gremios y estudiantes, entre otros asistentes.
Los estatutos de las universidades son su principal normativa interna, ya que, al gozar de autonomía académica, administrativa y económica, pueden estructurar su gobierno y funcionamiento interno. Sin embargo, la mayoría de las universidades estatales tenía estatutos impuestos en dictadura, por lo que la Ley de Universidades Estatales (ley 21.094) de 2018 las mandató a proponer al Presidente de la República una adecuación de sus normativas a las nuevas disposiciones de la ley. En estos casos, la creación de nuevos estatutos cobra más importancia en el marco de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado.
En total, 13 universidades estatales tenían estatutos que venían de la dictadura y que ahora modificaron, gracias a un trabajo que se inició en mayo de 2021. Estas propuestas de estatutos fueron revisados por el Ministerio de Educación, el Ministerio de Hacienda y el Ministerio Secretaría General de la Presidencia, y ahora fueron firmadas por el Presidente de la República, culminando así con el proceso legal.
En tanto, otras cinco universidades estatales tenían estatutos que se dictaron posterior a 1990, por lo que no tenían la obligación de realizar este proceso de modificación, pero sí deben incorporar mecanismos de participación y corresponsabilidad del Estado en aspectos específicos sobre la funcionalidad de la universidad.
Durante la ceremonia, el Presidente Gabriel Boric explicó que estos estatutos son “extremadamente significativos para la democracia y también para nuestro Gobierno. Con la firma de estos decretos, todas las universidades estatales chilenas, sin excepción, tendrán más democracia y participación. Para lograr cosas como estas se requiere unidad y altura de miras, se requiere pensar en las próximas generaciones y no estar secuestrado por los intereses de corto plazo. Hoy estamos dando un paso importante en el largo proceso de ir destrabando estos nudos y amarras heredados de la dictadura, por eso, se trata de un paso que nos orgullece y nos acerca al país que queremos construir, un país innovador, un país productor de conocimiento, un país donde haya espacio para la crítica, y donde se genere ese pensamiento crítico, con instituciones de educación superior vinculadas al futuro de la nación, y con la sociedad”.
El ministro de Educación, Nicolás Cataldo, afirmó que estos nuevos estatutos son “expresión de una lucha histórica que el sistema de educación superior ha dado para avanzar en este proceso democratizador, haciéndose cargo de un principio fundamental de la universidad, que es el ser un espacio democrático por excelencia. Lo que vivimos después del golpe de Estado fue una pérdida de autonomía y de democracia de las instituciones, donde tuvimos rectores designados y estaba prohibida la participación de la comunidad educativa. Por lo tanto, este es un hito histórico que comienza a consolidar un proceso, al que todavía le falta camino, de democratización interna”.
En esa línea, el subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, destacó que “este es un hito muy relevante, dado que es un reconocimiento a una lucha de generaciones y de décadas por la democratización de las universidades del Estado, y por terminar con la herencia dictatorial en ella. Pero, fundamentalmente, es un hito de futuro. Estos estatutos, dan las bases y herramientas a las universidades del Estado para ponerse a disposición de que Chile sea un país desarrollado, para construir conocimiento en litio, construir conocimiento en hidrógeno verde, transferir tecnología a nuestras unidades productivas pequeñas, fortalecer su vinculación con los territorios a lo largo y ancho del país. No hemos finalizado todo el camino, se requieren hacer más cosas, estamos comprometidos con una agenda integral de modernización de las universidades estatales, y que esperamos dejarlas con todas las capacidades para contribuir con el desarrollo de Chile”.
Mientras que Osvaldo Corrales, rector de la Universidad de Valparaíso y presidente del Consorcio de Universidades Estatales de Chile (CUECH), detalló que “estamos ante un hito histórico para la democracia interna de las universidades estatales. Los nuevos estatutos que firmó el Presidente Boric son el resultado de un trabajo colaborativo y participativo de las comunidades universitarias donde intervinieron académicos, funcionarios y estudiantes. También es un paso muy significativo al cumplirse 50 años del golpe de Estado que cercenó la democracia universitaria y el rol público de la educación. Hoy recuperamos, para el país, la visión de una educación pública comprometida con sus territorios, fortalecida en su democracia interna, y con una gobernanza sólida, para proyectar el desarrollo humano de Chile”.
Asimismo, Catalina Lufín, presidenta Federación de Estudiantes Universidad de Chile (FECH), explicó que “desde el mundo estudiantil estamos muy felices de que se lleve a cabo un avance tremendo y un reconocimiento al trabajo que hemos realizado estudiantes, trabajadores y, en general, las comunidades educativas, donde hemos luchado y peleado para que se reconozca nuestra incidencia en la construcción de los proyectos de nuestras propias universidades, y también creemos que es una señal muy importante en la que se cierra esta agenda conmemorativa de los 50 años del golpe, porque lo que sucede hoy es la recuperación de condiciones que existían antes del golpe de Estado”.
Finalmente, David López, presidente de la Federación Nacional de la Asociación de Funcionarios de Universidades Estatales (FENAFUECH), destacó que “esperamos mucho este momento de la firma de estos estatutos, y trabajamos también para que ello ocurriera, y eso da cuenta de que nuestras comunidades trabajan porque conviven el día a día, ya sea estudiantes, funcionarios, académicos, y autoridades. Es posible construir comunidades y buscar soluciones a los problemas que existen. El desafío de las universidades en Chile, legalmente, va a ser encabezado por comunidades triestamentales”.