Según una investigación de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Granada (España), publicada en septiembre de 2016 en la Revista Andaluza de Medicina del Deporte, las lesiones más frecuentes en gimnasia artística de competición en categoría infantil son las contracturas musculares (48%), esguinces (20%), tendinopatías (16%) y roturas o microrroturas fibrilares (6%). Respecto a los mecanismos que más las originan, están la sobrecarga (44%) y el mal apoyo (30%).
Josefa Muñoz Bravo tiene 11 años, y lleva 5 entrenando con la Asociación de Gimnasia Rítmica de Punta Arenas (AGIPA). Cuenta que se lesionó el pie el año pasado, por lo que estuvo dos meses con bota ortopédica, y sin entrenar. Fue una situación preocupante para ella, pues quiere mantener y mejorar su desempeño, con un primer lugar en el último campeonato nacional en su categoría, y el segundo en all around. “Es exigente este deporte, porque igual es agotador”, dice Josefa. “Yo entreno 4 horas al día, y a veces no me queda tiempo, por ejemplo, para estudiar o para juntarme con mis amigas”.
Josefa es parte de un estudio a cargo de los docentes de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Magallanes (UMAG), Sergio Cares Barrientos y Felipe Retamal Matus, realizado con 19 deportistas que conforman AGIPA. Los académicos del Departamento de Kinesiología aprovecharon la implementación tecnológica del Laboratorio de Análisis del Movimiento, en el Centro Asistencial Docente e Investigación (CADI-UMAG), y continuaron un trabajo realizado por Cares en dicha asociación, cuando las asistió para prevenir lesiones.
“Anteriormente a mi llegada (a AGIPA), había una alta incidencia lesional, principalmente, de miembro inferior -tobillo, rodilla y cadera- incluso de columna. Hacíamos trabajos preventivos de 15, 20 minutos, previo a cada entrenamiento, dos veces por semana, y logramos disminuir harto la incidencia lesional. Sin embargo, esto nunca fue evaluado objetivamente”, explicó el especialista en Kinesiología Deportiva. La oportunidad de contar con un posturógrafo -plataforma que registra el desplazamiento de las presiones del cuerpo y la proyección vertical de su centro de gravedad- atrajo la atención del club y las deportistas, y se sumaron al desafío para conocer sus niveles de control postural.
Postura, movimiento y lesiones
El control postural, explica Cares, es la capacidad que tiene tanto el sistema nervioso central como el sistema muscular, para mantener la posición estática del cuerpo, mientras estamos desarrollando algún movimiento. Se divide en dos variables referidas al centro de presión: área de desplazamiento y velocidad desarrollada en la posición.
Cares y Retamal dividieron el grupo entre nueve novatas (menos de 4 años de entrenamiento) y diez expertas (más de 4 años), para hacer comparaciones, y se concentraron en tres gestos deportivos propios de la disciplina: enganche posterior, spagat lateral y penché posterior. “Hacían el gesto sobre la plataforma; esperábamos de 3 a 5 segundos a que mantengan la posición (porque eso es lo que los jueces puntúan como buena técnica), y el posturógrafo envía la información a un computador. Después vemos las variables de velocidad y área, o sea, cuánto y cómo se movieron en ese tiempo”, detalló Cares.
El académico, Magíster en Medicina y Ciencias del Deporte, agregó que el equipo también muestra hacia dónde hubo más movimiento, aspecto que es determinante en la prevención de lesiones. “A las entrenadoras les informaremos cuál es el gesto que tuvo más dificultades de mantener el control postural. Saber qué gesto técnico es el que tiene mayores dificultades -es decir, que puede llevar a tener mayor cantidad de lesiones- permite controlar esa variable, e ir disminuyendo un factor de riesgo de lesión”, valoró.
Un aporte a la medicina deportiva
Sergio Cares lleva 15 años haciendo clases en la UMAG, e investiga con su colega Felipe Retamal, quien es Magíster en Educación mención Currículo, especializado en Neurokinesiología. Ambos trabajaron con la asesoría del Doctor en Ciencias de la Actividad Física y Deporte, Rodrigo Guzmán Venegas, quien hizo la revisión final del artículo, y los está ayudando a elegir la revista indexada a la cual enviarlo. “Es un plus importante para la UMAG”, afirma Sergio, “porque hay poco marco teórico y poca experiencia al respecto, a nivel mundial, entonces, los resultados de nuestro estudio sirven no solamente para la región, sino también a nivel patagónico, nacional y sudamericano”.
En este estudio, las expertas tuvieron un mejor control del gesto deportivo, lo que quiere decir que la experiencia permite desarrollarse de mejor manera en la variable del control postural, y que las hipótesis de los investigadores eran las correctas. Para las gimnastas y el cuerpo técnico de AGIPA, destacadas a nivel nacional e internacional con los primeros lugares, es valioso poder mejorar objetivamente su rendimiento. Josefa es una de ellas, y sigue entrenando 13 horas semanales porque quiere superar la prueba del próximo 27 de agosto en Temuco, ciudad donde se seleccionará a las participantes del campeonato nacional 2023.