El territorio que inspiró su libro Desolación, el mismo que describió como tierras de clima extremoso, volvió a cobrar protagonismo. Luego de un siglo de la publicación del poemario, la escritora Gabriela Mistral marcó presencia en Torres del Paine.
En la comuna, ubicada a 300 kilómetros al norte de Punta Arenas, se escribieron dos capítulos del programa de celebración de los 100 años de Desolación. La Mesa Ciudadana del Plan Regional de la Lectura y la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, rememoraron este martes el paso de la Premio Nobel de Literatura (1945) por la zona.
Gracias a una colaboración de la Biblioteca Nacional, se hizo entrega de la colección de la Obra Reunida de Gabriela Mistral a la biblioteca de la escuela Ramón Serrano Montaner de Cerro Castillo. En el acto participaron estudiantes del establecimiento educacional, los escritores regionales Mario Isidro Moreno, Rina Díaz y Dusan Martinovic; el presidente de la Sociedad de Escritores de Magallanes, Víctor Hernández; integrantes de la Mesa Ciudadana del Plan de Lectura; la Agrupación Plumas Literarias; el Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Diego García y autoridades locales.
Estamos celebrando el centenario de Desolación en este territorio de profundo significado para Gabriela Mistral, para su obra y vinculación permanente con Magallanes. Además, con la entrega de esta colección de textos, estamos contribuyendo a una iniciativa de nuestro gobierno, que apunta al fortalecimiento de las escuelas rurales, inspirada en Gabriela Mistral, una mujer influyente y que marcó el desarrollo de la educación y la vida sociocultural en esta región; dijo el Seremi de las Culturas.
Tras el acto efectuado en la villa Cerro Castillo, los asistentes al evento se trasladaron hasta Tres Pasos. En una emotiva ceremonia, se leyeron poemas y hubo palabras para recordar a la escritora. Durante los dos años y medio que Mistral permaneció en la región de Magallanes (1918-1920), esa localidad – ubicada en medio de la inmensidad desoladora de pretéritos y crudos inviernos- fue su sitio preferido de descanso e inspiración.