En el auditorio Ernesto Livacic de la Facultad de Ingeniería se llevó a cabo el primer conversatorio sobre Inteligencia Artificial organizado por el Departamento de Educación y Humanidades de la Universidad de Magallanes (UMAG), instancia que tuvo como objetivo, dialogar, analizar y debatir sobre sus implicancias e impacto en los procesos de aprendizaje.
La académica del Departamento de Ingeniería en Computación e Informática, doctora Patricia Maldonado Cárdenas fue la encargada de entregar un contexto acerca de qué entendemos por inteligencia artificial (IA), planteando que este desarrollo se basa en la idea de que las máquinas pueden aprender y mejorar a través de la experiencia, de la misma manera que lo hacen los seres humanos. “En especial esto se está utilizando actualmente en la resolución de problemas” enfatizó la académica”, agregando que, algunas ramas de la IA, son: sistemas expertos, robótica, red neural, aprendizaje automático, lógica difusa, procesamiento de lenguaje natural, proceso de razonamiento, proceso de aprendizaje y aprendizaje profundo, entre otros.
En cuanto a sus usos y proyecciones, la ingeniera mencionó una serie de aplicaciones como la automatización de las tareas a través de asistentes personales -como Siri, Alexa o Google-, chatbot inteligentes, transportes autónomos, cuidado de la salud, agricultura inteligente, seguridad en detección y predicción, toma de decisiones empresariales, predicción y control inteligente del medio ambiente, reconocimiento de imágenes y voz y educación personalizada.
Una de sus reflexiones, apuntó a que “con estas herramientas se puede diseñar un sinfín de cosas, y yo siempre le digo a mis alumnos el cielo es el límite, porque lo que tú te imagines puedes hacerlo. En ese sentido, pienso que todas aplicaciones vienen a facilitarnos la vida para que dispongamos de más tiempo y podamos hacer lo que nos interesa, pero creo que es fundamental que, al mismo tiempo que esta inteligencia se desarrolle, se utilice de manera ética y responsable y ahí pienso que las y los educadores tienen un papel fundamental”, sentenció.
En tanto, el profesional y doctor en Ciencias Biológicas, Edgardo Vega Artigues, abordó la inteligencia artificial desde una perspectiva neurobiológica y dijo que lo que podría distinguir a lo que se define como inteligente es el aprendizaje. “La relación entre el estímulo y la respuesta está mediado por una caja negra (el cerebro) que para la psicología y la neurobiología y, en general, para todos aquellos que estudian el comportamiento y los fenómenos sociales, sigue siendo misterio, con muchas interrogantes porque todavía no sabemos cómo funciona”, expresó.
El académico del Departamento de Psicología, doctor Herman Elgueta Sepúlveda fue el encargado de plantear el rol de los afectos en nuestros juicios sobre las herramientas de IA. Dijo que hace varios años venía leyendo sobre la inteligencia artificial, pero que, francamente, el desarrollo vertiginoso de algunas aplicaciones, lo sorprendió, porque pensaba que faltaba más o que íbamos a tener más tiempo para adaptarnos a ellas.
“Llevo varios meses curioseando con Chat GPT; sé que existen otras, pero ésta es las que más consecuencias ha tenido en mi vida. Hay varias cosas que podríamos ver desde los aspectos psicológicos de estas nuevas herramientas de IA que han comenzado a estar disponibles para nosotros, en temas de salud mental definitivamente, en cómo esto va a afectar el mundo laboral, etc. Es muy difícil compatibilizar en nuestra cabeza la idea de que algo pueda ser riesgoso y beneficioso; esto los psicólogos lo denominamos ‘heurístico afectivo’. Hay algunas formas de tecnología que no nos gustan e incluso nos pueden llegar a producir pánico y tengo la impresión, por las conversaciones que he sostenido respecto a cómo se sienten con el desarrollo de Chat GPT, que ésta es una de ellas”, señaló.
El psicólogo también apuntó a que desconocía si esto iba a ser beneficioso o riesgoso y que, a su juicio, aún no estaría la respuesta a esta interrogante. Sin embargo, según su experiencia, “creo que hay un riesgo ahí con el estigma que esto puede llevar si no transparentamos estas cosas (…) Respecto de los beneficios, yo creo que todavía no sabemos todas sus potencialidades. Algo de lo que no podemos escapar es de la discusión ética que debemos tener. No me asusta la herramienta, me asustan los usuarios”, sentenció.
Chat GPT es un prototipo de chatbot de inteligencia artificial desarrollado por OpenAI que se abrió al público en noviembre del año pasado y que se especializa en el diálogo. Para ello dispone de más de 175 millones de parámetros y ha sido entrenado adecuadamente para realizar tareas vinculadas con el lenguaje, que van desde traducir textos hasta generarlos, pasando por la corrección de sintaxis.
¿Qué enseñar, cómo enseñar? consideraciones éticas
Para el académico y doctor en Educación, Juan Carlos Judikis Preller, “la inteligencia artificial nos desafía, como sociedad, a entender la educación desde una nueva mirada. Este nuevo enfoque debemos asumirlo desde la generación de la política pública hasta el trabajo en el aula. Tiene que estar centrado en el aprendizaje, en las normas, en la innovación, en la equidad y estándares éticos. Creo que la IA, más allá de ayudarnos en los procesos de enseñanza, nos tienen que ayudar en los procesos de aprendizaje, es decir, cómo generamos oportunidades de aprendizaje para nuestros estudiantes utilizando la inteligencia artificial”.
En ese sentido, a juicio de Judikis, “si nos queremos centrar en el proceso de aprendizaje y no en la calificación, lo importante va a ser el proceso. En estos contextos educativos se van a plantear temas profundos que tendremos que discutir y ponernos de acuerdo. Lo positivo es que lo estamos haciendo y no estamos esperando que alguien más lo haga por nosotros”.
Finalmente, el director del Departamento de Educación y Humanidades, Leonardo Velásquez Castro comentó que la inteligencia artificial hoy día nos demanda preguntarnos sobre su correcto uso, ya que ésta nos ofrecía oportunidades impensadas en distintos ámbitos de la vida y el quehacer humano. “Creemos que las formas de enseñar y aprender podrían sufrir un proceso de transformación importante a partir de la disponibilidad que tengamos de estas herramientas. Es fundamental que nos abramos a un diálogo transversal, sólo así vamos a poder adoptar la mejor versión de esta nueva tecnología y poder aprovechar todo el potencial que tiene”, apuntó.