COLUMNA DE OPINIÓN: VIOLENCIA EN LA ERA DIGITAL UN DESAFIO ESTRUCTURAL.

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Por Alejandra Ruiz Ovando
SEREMI de la Mujer y la Equidad de Género


La violencia, en todas sus formas, es una manifestación de estructuras de poder y
dominación profundamente arraigadas en nuestra sociedad. Al ser estructural, la violencia
se adapta y muta junto con la evolución de nuestras formas de interacción y
comunicación. Esto se debe a que las estructuras subyacentes de desigualdad y opresión
que fomentan la violencia no desaparecen con el cambio de contexto: simplemente
encuentran nuevas formas de manifestarse.


En el pasado, la violencia contra las mujeres se manifestaba predominantemente en
espacios físicos. Con la aparición de nuevas tecnologías y plataformas digitales, hemos
visto cómo esta violencia ha encontrado un nuevo medio para proliferar. El ciberacoso, la
difusión no consentida de contenido íntimo, la creación de perfiles falsos y el
hostigamiento en línea son solo algunas de las formas en las que la violencia se ha
adaptado al entorno digital.


Esta capacidad de mutación es intrínseca a la naturaleza de la violencia estructural. La
violencia es una herramienta de control y poder, y aquellos que la ejercen encontrarán
siempre maneras de perpetuarla, independientemente del medio. En este sentido, la
violencia es como un virus: cambia y se adapta para sobrevivir en nuevos ambientes.
Esta reflexión nos lleva a una comprensión más profunda de la necesidad de abordar las
raíces estructurales de la violencia. No basta con combatir sus manifestaciones más
visibles; debemos trabajar para desmantelar las estructuras de desigualdad y opresión
que la sustentan. Esto implica un cambio cultural profundo, una revisión de nuestras leyes
y políticas, y una educación que promueva la igualdad y el respeto desde una edad
temprana.


En el contexto digital, esto significa también que las plataformas tecnológicas y las redes
sociales tienen una responsabilidad significativa. Deben implementar políticas más
estrictas contra el acoso y la violencia, así como mecanismos efectivos para la protección
de las víctimas. Además, la sociedad en su conjunto debe estar consciente de estas
nuevas formas de violencia y ser proactiva en su prevención y erradicación, porque en
última instancia, la lucha contra la violencia estructural en cualquiera de sus formas ya
sea física o digital, es una lucha por la justicia y la igualdad.


Es un desafío que requiere un esfuerzo colectivo y sostenido, y un compromiso
inquebrantable con la dignidad y los derechos de todas las personas y en esa línea, como
Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género patrocinamos el Proyecto de Ley de
Violencia Digital (Boletín N°13928-07) que busca llenar un vacío legal, abordando la
violencia que ha surgido en el entorno digital y afectando de manera desproporcionada a
mujeres y jóvenes en nuestro país, la cual está además inserta en la agenda priorizada de
seguridad acordada por el Ejecutivo y presidentes de ambas Cámaras en mayo de 2024.
Esperamos que este proyecto que tipifica y sanciona la violencia digital -que hoy se
encuentra en la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento para su
estudio y análisis-sea un avance sustantivo para abordar desde todos los ámbitos la
violencia estructural que afecta a las mujeres.