Al fin de la crisis sanitaria, chilenos evalúan el sistema de salud con la nota más alta en trece años
Asimismo, el estudio muestra que mientras el 62% pone una nota de 6 a 7 a los médicos, el 42% califica con rojo los plazos para una atención.
El Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello dio a conocer una vez más la Encuesta Nacional de Salud 2023- la que realiza de manera anual desde 2010- constituyéndose en una de las series de información evaluativa más larga e integral que existe en nuestro país respecto de la variable calidad de los sistemas de salud.
Esta tiene como objetivo dar a conocer cuál es la percepción de los usuarios acerca del Sistema de Salud actual y la forma en que perciben algunas políticas sociales relativas a esta área, asimismo evalúa la experiencia de calidad en sus atenciones de salud y finalmente evalúa la expectativa respecto de cómo cree será atendido en el próximo año.
En este sondeo número 14, realizado en conjunto con la empresa de investigación IPSOS, se efectuó un trabajo de campo entre el 12 de julio y el 7 de agosto de 2023 en las regiones de Valparaíso, Biobío y Metropolitana.
Por primera vez nota “azul”
Los resultados de este año reafirman la tendencia que se venía evidenciando desde el año anterior, cuando la crisis sanitaria ya no estaba en los mismos niveles de 2020 y 2021. En esta edición y con el fin de la emergencia sanitaria, la encuesta mostró un aumento en los índices de experiencia, percepción de calidad y expectativa, logrando 3.6 y 2 puntos más en comparación con el sondeo anterior, la cifra más alta desde 2011.
Para Héctor Sánchez, director del ISP UNAB, estas cifran son una buena señal, sin embargo, aún no a niveles óptimos, “esto implica que persisten los problemas de satisfacción de los usuarios, si bien, la presión asistencial por la pandemia ha disminuido, se está incrementando ahora por enfermos crónicos postergados y/o no atendidos en su oportunidad, lo cual nos hace mirar ese 2023 con mucha precaución”.
Uno de los puntos importantes del sondeo fue la nota promedio obtenida en cuanto a la evaluación de la calidad de los servicios de salud, donde se obtuvo un 4.2, la única nota “azul”, aunque sólo 0,3 décimas por sobre las evaluaciones anteriores.
“No cabe duda de que esto implica una leve mejora, sin embargo, hay que reconocer adicionalmente que entre 2010 y 2019 el número de trabajadores en salud ha aumentado en un 61%, las remuneraciones en un 100%, el gasto en bienes y servicios ha aumentado en un 25% y la eficiencia del gasto ha bajado en un 21% según estudio de productividad del ISP UNAB en 2023” señaló el experto en salud pública.
En el detalle, los aspectos mejor evaluados de la última atención recibida en salud fueron los médicos, enfermeras y auxiliares que atendieron; en cambio los aspectos peor evaluados fueron los relacionados con la forma de pedir hora médica y los tiempos de espera para recibir la atención médica lo que está plenamente respaldado por el crecimiento de las listas de espera.
Incluso en el apartado por sistema de salud, a pesar de la crisis de las isapres, los usuarios de las aseguradoras privadas evaluaron con seis puntos más que en el 2022, año en que los afiliados a Fonasa habían promediado una nota superior a los de Isapres.
De la misma manera, la evaluación del acceso a prestaciones médicas en general también registro mejoras en los indicadores, aunque según Sánchez, aún a niveles muy bajos para lograr indicadores de satisfacción razonables para un sistema de salud cuyo gasto ya está en niveles del promedio que señala la OCDE. La entrega de resultados de exámenes y la atención de urgencias en el SAPU de su sector destacan con un aumento de 6 y 7 puntos respecto del año 2022, lo que muestra un mejor equilibrio entre la oferta y demanda.
Por el contrario, cuando se habla del acceso futuro a prestaciones médicas, un 29% considera que será menos oportuno y simple, a diferencia de un 15% que opinaba lo mismo en 2022.
Sobre este punto, el exsuperintendente de salud indica la importancia de analizar la evolución de los niveles de satisfacción con el crecimiento en el gasto en salud, pues existe una correlación entre ambas dimensiones si nivel organizacional responde al crecimiento de los ingresos y de la demanda. Aspecto que no se condice con la baja productividad que evidencian estudios actuales sobre esta materia.
Gasto actual y futuro en salud
Una cifra que había sido alarmante en la encuesta del 2022 fue la alta percepción del gasto en salud que indicaban los encuestados, cifra que alcanzó el número más alto en la historia del sondeo.
En la versión actual, se mostró un decenso de un 7% entre quienes aseguran que su gasto de salud actual ha aumentado. Sin embargo, sigue siendo el segundo porcentaje más alto desde el 2018, ya que en 2023 un 67% señala que su gasto en salud ha aumentado y la percepción del gasto a futuro es más pesimista ya que un 70% de la población considera que éste se incrementará.
En cuanto a la percepción de cobertura y protección financiera del plan de salud, un 57% señala sentirse nada o muy poco protegido por su plan de salud con su gasto de salud actual.
Para el académico UNAB, la encuesta es una radiografía de la crisis que se está experimentado el sistema de salud chileno, “hay una sensación de que el costo que se paga por cuidar la salud es muy alto y porque los tiempos de espera siguen siendo uno de los problemas más graves del sistema público, por lo que es difícil entender las políticas orientadas a fomentar que las personas se trasladen al sector privado y, por otro lado, la resistencia de comprar a privados servicios para disminuir las listas de espera” explicó.
Finalmente, Sánchez insiste que un problema importante que se releva en este estudio y otros de productividad, es que a pesar de que el gasto se ha duplicado la oferta no ha aumentado, en tanto la calidad mejora levemente y la satisfacción de los usuarios apenas sobrepasa la nota mínima de evaluación al lograr tan solo una nota de 4.2 en escala de 1 al 7.