Los colocolinos, tenían un simple tramite en Coquimbo, ya que el cuadro pirata prácticamente sabia que era muy difícil frenar a un equipo que durante todo el año, marco una pauta futbolística imparable. Dos a cero fue el resultado final y los albos aunque no recibieron la copa, en todo el país, sus hinchas salieron a celebrar y en la región no fue la excepción. Un mensaje contenido durante cinco largos años, que pudieron disfrutar en plena plaza de armas, recién entregada. Con camisetas y banderas, al igual que bengalas celebraron el campeonato 33. Los automovilistas que repletaron el centro de la ciudad, igual gritaron Campeones a los cuatro vientos.