No era una tarea fácil, pero el objetivo los mantuvo mentalizados durante toda la expedición: excavar y lograr recuperar el fósil de una ictiosauria preñada. Fueron 31 días intensos en la zona del Glaciar Tyndall, en la Patagonia chilena, para el equipo científico que lideró la paleontóloga magallánica Judith Pardo Pérez, ya que la compleja logística, las dificultades de acampar y moverse en un sitio pedregoso, y las condiciones climáticas extremas hicieron de esta travesía un desafío casi titánico.
Luego de un arduo trabajo en esta campaña, y de más de una década de espera, por fin había sido desenterrada “Fiona”, el fósil completo de una ictiosauria adulta con sus embriones intactos. Sí, se trata de una ejemplar que se encontraba preñada.
La expedición paleontológica desarrollada entre marzo y abril de este año consiguió con éxito excavar al primer ictiosaurio completo de Chile, siendo, además, -según enfatizó Pardo – la única hembra preñada de edad Valanginiana – Hauteriviana (que tiene entre 129 y 139 millones de años del Cretácico temprano) registrada y extraída en el planeta.
“’Fiona’ tiene cuatro metros de largo y se encuentra completa, articulada y con embriones en gestación. Y su recuperación aportará información relativa a su especie a la paleobiología, en torno al desarrollo embrionario, y a una enfermedad que afectó durante su vida”, explicó la paleontóloga chilena.
Más de 100 ejemplares
Al hito de la recuperación de esta ictiosauria se suma el descubrimiento de 23 nuevos especímenes, llegando a existir, a la fecha, casi un centenar de ejemplares en el sector del Glaciar Tyndall, ubicado en la Región de Magallanes, lo que lo convierte –según resaltó Pardo- en el depósito de ictiosaurios de edad cretácica temprana más abundante y mejor conservado del planeta.
“Los resultados de la expedición cumplieron con todas las expectativas, y aún más de las que se esperaba”, afirmó la científica, precisando que de estos registros fósiles “esperamos obtener resultados sobre la diversidad, disparidad y paleobiología de los ictiosaurios de la localidad del Glaciar Tyndall, establecer grados de madurez ósea y nichos ecológicos para evaluar posibles transiciones dietarias ocurridas a lo largo de su evolución y que podrían ayudar a establecer conexiones paleobiogeográficas con ictiosaurios de otras latitudes”.
Ahora, el material recuperado, se preparará en el laboratorio de paleontología del Museo de Historia Natural de Río Seco, en Punta Arenas, en donde quedará almacenado, temporalmente, para su posterior exhibición. Al respecto y como contraparte local del proyecto, el director del Museo, Miguel Cáceres, dijo que esta alianza, “nos permite abrir una nueva línea de trabajo temporal a gran escala como son la geología y paleontología, y también un espacio de colaboración que nos ayuda, sin duda, a darle sentido a este propósito de resignificar la historia natural en la Región de Magallanes”.