Hoy martes 7 de diciembre el Juzgado de Familia de Punta Arenas ha dictado una sentencia histórica e inédita en la región de Magallanes, reconociendo la co-maternidad de dos mujeres como madres de un niño: nuestro hijo Silvestre Román Opazo.
Silvestre fue concebido mediante una técnica de reproducción asistida. Desde su nacimiento, su crianza ha sido compartida por nosotras en términos equitativos, rodeadas de nuestras familias, nuestras amistades y de un enorme cariño. Silvestre tiene dos mamás que reconoce como tales y hasta que recibimos esta sentencia, estaba siendo discriminado y viendo sus derechos vulnerados por el Estado de su propio país. Hoy podemos decir que hemos logrado revertir esta injusticia: el Juzgado de Familia de Punta Arenas ha fallado reconociendo que la nuestra es una familia con dos mamás y a Silvestre como hijo nuestro, determinando además, que se desarrolla como un niño pleno y que tiene derecho a que las instituciones protejan su infancia.
Durante los próximos días realizaremos todas las diligencias administrativas para que – en un hecho histórico – el Registro Civil inscriba a Silvestre como el primer niño magallánico hijo de dos mamás. Pero hoy también es un día histórico para Chile. Después de muchos años de tramitación en el congreso, del enorme esfuerzo de parlamentarios y representantes de organizaciones de la sociedad civil, se ha aprobado el proyecto de Ley de Matrimonio Igualitario. Hasta ahora, nosotras sólo podíamos estar ligadas a través de un Acuerdo de Unión Civil, pero en el futuro próximo podremos casarnos, como cualquier otra pareja, permitiendo que Borja y Gael, nuestros mellizos recién nacidos, no tengan que pasar por el largo y difícil proceso judicial que hoy termina su hermano mayor.
Hoy el amor ha triunfado, pero creemos que la sociedad chilena debe seguir avanzado hacia más derechos y más igualdad. Un retroceso en este ámbito significaría un peligro para las miles de familias que hasta hoy viven en la ilegalidad en Chile. No podemos volver atrás, no pueden volver a existir ciudadanos de primera y segunda categoría, no pueden volver a existir familias ilegales. Para esto, es necesario que las autoridades de la nación estén comprometidas con la inclusión, con el respeto a las diversidades y con la protección de los derechos de todos los ciudadanos, de todas las familias y de todos los niñ@s del país.
FAMILIA ROMÁN OPAZO
GABRIELA ROMÁN AMARALES
MARÍA BELÉN OPAZO PIZARRO