176 MUJERES EMBARAZADAS FUERON ATENDIDAS EN UN AÑO CON CORONAVIRUS. 27 DE ELLAS DIERON A LUZ CON LA ENFERMEDAD

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La coordinación en red ha permitido que, desde marzo del 2020 al 31 de marzo de este año, 176 mujeres gestantes positivas a Covid-19 hayan sido atendidas en todos los aspectos de su situación, además 27 de ellas puérperas de un total de 1.575 nacimientos que acontecieron durante este año. Esta cifra, es equivalente al 1.85% del total de mujeres con Covid-19 de la región. Si bien, la cifra puede ser menor, el impacto y la importancia de mancomunar todos los dispositivos públicos/privados para dar continuidad de atención a mujeres gestantes, va en directa relación con mantener prácticas y acompañamientos que previo a la pandemia se realizaban de manera presencial.

“A través del equipo de matronería de toda la red, se ha podido realizar la atención directa para las consultas para clínicas de lactancia, control de diada, visitas domiciliarias, y también coordinación de todas las atenciones bajando el nivel de estrés que provoca vivir una pandemia, afortunadamente las mujeres agradecieron este tipo de atención. Este es un trabajo que hemos  mantenido a la fecha, cuidar y asesorar a las mujeres para tener una vida plena y un embarazo saludable”, comentó María Isabel Velich. A fines de abril pasado, y con 37 semanas de embarazo, Daisy Gallardo esperaba con ansias la llegada de su primer bebé. El dolor de espalda que sentía en esos momentos lo atribuía a su embarazo, por lo que en un inicio nunca pensó que todo lo que tenía planificado para la llegada de Martina no se iba a concretar.

Después de ser diagnosticada con Covid-19, tuvo que ser internada de inmediato en sala de hospitalización debido a que presentaba neumonía por Covid-19, de un rato para otro tuvo que someterse a una cesárea de urgencia, momento en que el apego tuvo que ser suspendido por la gravedad de su cuadro. Martina ingresó a neonatología y Daisy, estando su puerperio, fue ingresada a UCI donde un día más tarde, tuvo que ser intubada por su complejo compromiso respiratorio, “Lo único que recuerdo es que me pusieron una máscara que cubría toda mi cara y el kinesiólogo le dice al doctor que eso no estaba funcionando. Me dicen que me van a intubar y no me acuerdo más; estuve un mes en la UCI. Cuando pude salir de la ventilación mecánica, no podía mantener mi cuello, no podía moverme y tuve que de a poco, ir haciendo
rehabilitación”, recuerda con emoción.

Una vez dada de alta, y confirmado su estado negativo en test de PCR pudo reencontrarse con su hija Martina, que durante todo el proceso, estuvo bajo el cuidado de sus tíos. “Uno nunca espera que va a pasar una situación así, durante mi hospitalización yo soñaba con la muerte de mi familia, no poder verlos, abrazarlos o besarlos. Temí no poder conocer a mi hija, fue terrible”. Daisy inició un proceso de rehabilitación, atención de hospitalización domiciliaria, seguimiento de matronería y salud sexual que han permitido que ella y su pequeña hija estén juntas y saludables.